Lot y sus hijas
LOT Y SUS HIJAS
Dibujo #1 Lot y sus hijas, huyendo de
Sodoma y Gomorra
Llegamos a uno de los pasajes bíblicos más embarazosos
de descifrar o interpretar, la historia de Lot y sus hijas. Difícil, porque la
inteligencia humana; gracias a Dios; no percibe y no entiende cómo esta
historia, que es parte de Su Plan de Salvación, puede ayudar a redimirnos ante
Yahweh Dios. Analicemos. Cientos de páginas web que reflexionan la Palabra de
Dios, arremeten contra el hombre, contra el humano, inmisericordemente. Y esta
historia de Lot y sus hijas, refuerzan tal actitud. Sin embargo, los invito a
meditar, a sintonizándonos en otra estación espiritual.
Dios nos creó y Él nos ama, ama Su
creación. Nos ama pese a que somos pecadores. Tenemos una tendencia innata al pecado
después de la caía de Adán y Eva, y es cierto. Aun así, Dios ama a Sus
criaturas, pero deplora el pecado. Y es porque Yahweh Dios tiene un propósito para
nosotros, Su Plan de Salvación. Es sencillo. Yahweh quiere salvos a sus hijos y que
disfruten de la vida eterna, desea que seamos perfectos. Pero, primero, debemos
demostrar en esta vida, en este mundo, en esta vida peregrina, que somos
merecedores de tal regalo. Incumbe entonces,
esforzarnos en creer con fe, que el Dios Trino existe, y todo lo que implica y
deriva; y hacerlo con fe sincera; y por supuesto, obedecer y cumplir sus
preceptos y enseñanzas. Así, de este modo, si actuamos bajo estas premisas,
podemos, sin la menor duda, entrar al Reino Celestial.
¿Dónde entra esta historia en el Plan de
Salvación? La iremos viendo y cavilando en el transcurso del discurrir de los
versículos bíblicos.
Citas bíblicas a reflexionar
Abram libra a Lot
Gén 14:1 Aconteció en los días de Anrafel, rey de Senaar, de Arioc, rey de
Elasar, de Quedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goin,
Gén 14:2 que éstos hicieron
guerra a Berá, rey de Sodoma, a Birsá, rey de Gomorra,
a Sinab, rey de Admá, a Semeber, rey de Seboín, y al rey de Belá (o sea, Soar)*.
Gén 14:11 Los vencedores
tomaron toda la hacienda de Sodoma y Gomorra con todos
sus víveres y se fueron.
Gén 14:12 Apresaron también a
Lot, el sobrino de Abrán, y su hacienda, pues él habitaba en Sodoma, y se fueron.
Gén 14:14 Al oír Abrán que su
hermano había sido hecho cautivo, movilizó la tropa
de gente nacida en su casa, en número de trescientos dieciocho, y persiguió a
aquéllos hasta Dan.
Gén 14:15 Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó, y los persiguió
hasta Jobá, que está al norte de Damasco;
Gén 14:16 recuperó toda la
hacienda, y también a su hermano Lot con su
hacienda, así como a las mujeres y a la gente. (…)
Argumentos de introducción a la trama
general de la historia. Saqueadores, como en todos los tiempos y lugares,
invaden y roban en Sodoma y Gomorra, territorio donde vivía el sobrino de
Abrán: Lot. Lo raptan y hurtan; Abrán va al rescate, siempre con la bendición
de Dios y Su ayuda. En batalla triunfal sale avante Abran y rescata a su
hermano. Lot era sobrino, pero el hagiógrafo quiere destacar el amor incondicional
y magnánimo de Abrán por su familia. No solo salva la vida, sino que recupera
los bienes materiales enajenados. El autor, por inspiración Divina, nos va
preparando, antes de contrastar las actitudes de tío y sobrino.
Mas, hay otro acto de generosidad de parte
de Abrán. El trofeo de guerra. Acorde con el triunfo, solo se queda con lo correspondiente
a los hombres que lucharon con él; y el 10 por ciento que le entregó al Sumo
Sacerdote Melquisedec. El resto devolvió a los propietarios correspondientes. Hasta aquí, dos actos de
comportamiento normal, normal para aquellos que obedecen a Dios. Sin
embargo, muchos no queremos ni obedecer, menos cumplir. Yahweh Dios considera
Su amigo a Abrán, por sus actitudes de hombre justo, que se repetirán a lo
largo de su vida.
Gén 18:17 Dijo entonces Yahvé: «¿Cómo voy a ocultar a Abrahán lo que voy a hacer,
Gén 18:20 Dijo, pues, Yahvé: «Existen tantas quejas en contra de Sodoma y de Gomorra es
grande; y su pecado gravísimo.
Gén 18:21 Así que voy a bajar
personalmente, a ver si lo que han hecho responde en
todo al clamor que ha llegado hasta mí, y si no, he de saberlo.
Gén 18:32 Respondió: «Tampoco los destruiría en atención a los veinte.» Insistió (Abrán): «Vaya,
no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: “¿Y si se encuentran allí
diez?”» Dijo:
«Tampoco los destruiría, en atención a los diez.»
Del versículo 23 al 32, del capítulo 18,
Abrán intercede, ante Yahweh Dios, por los habitantes de Sodoma y Gomorra, como
pueden leer.
Hay un verso maravilloso. Gén 18:27 Entonces
Abraham dijo: —Ya que me he atrevido a hablarte así, aunque no soy más que
polvo y cenizas (…). Nosotros,
podemos y debemos acercarnos a Dios, como el Patriarca Abrán; con amor,
seguridad, confianza, con fe; Dios es nuestro Padre. Él escucha y por Su
inmensa misericordia y Voluntad, saldrá al rescate de Sus hijos.
Otro episodio sobre la bondad de Abrán. En
estos versos, no solo es a Lot a quien pretende salvar. El Patriarca implora
por todos los habitantes de Sodoma y Gomorra. Intercede frente a Dios; pese a
que habían sucumbido al pecado. Retrocedamos un pelín. Yahweh, reflexiona para
sí mismo; que por ser amigo de Abrán, y como todo buen amigo, debe comunicar que destruirá
las ciudades a consecuencia de la depravación de los habitantes. Abrán imploró hasta
el cansancio por los pueblos, y nuestro Dios, a cada una de las peticiones,
indicaba que sí, que tendría misericordia de ellos. Yahweh no las destruiría,
aunque hubiera muy pocos justos. Pero, desgraciadamente, no fue así. Una vez
más, el Patriarca nos deja una enseñanza de amor. Es cierto que los humanos
somos pecadores y con tendencia a la maldad; sin embargo, también somos buenos.
La explicación es fácil: Dios nos hizo a su imagen y
semejanza y, a manera de plus, nos entregó Su Espíritu; por tal razón,
somos buenos por formación, solo que debemos alejarnos de la maldad, y esforzarnos
en ser como Jesús nos pide: Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto (Mateo
5:48). Si Jesucristo, nuestro salvador lo pide, es porque los humanos podemos
lograrlo. Vale la pena, la vida eterna nos espera. Esfuérzate. Salmo 37:40. Generalmente,
se cree que, al bueno, al justo, Dios lo debería recompensar con una larga vida
en este mundo. Y no es así. Dios, desde antes de nuestra existencia, preordinó
que, la recompensa será darnos vida eterna. Su recompensa NO es la vida finita,
rodeada de tentaciones y esquivando al pecado. Su promesa es después de la
muerte; Dios nos dará vida eterna y en Su Reino.
Dios rescata
a Lot
Gén 19:1 Los dos ángeles
llegaron a Sodoma por la tarde. Lot estaba sentado a la
puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó a su encuentro y, postrándose rostro en tierra,
Gén 19:24 Entonces Yahvé hizo
llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahvé.
Gén 19:29 Y fue que, destruyendo
Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en
medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.
La maldad en nuestra carne es innata. El
impulso de maldad está en la carne, no en el espíritu; ningún pecador entrará al Reino de Dios. A la
vez, en lo holístico del hombre, dentro del espíritu,
está la bondad. A los humanos Dios nos amalgamó de modo tan brillante que,
al terminar la vida peregrina en este mundo, nuestro espíritu, si hemos sido obedientes ante
Dios, vivirá en Su Reino y para la eternidad. Eclesiastés 12:7 Entonces
el polvo volverá a la tierra, de donde fue tomado,
y el espíritu volverá a Dios, que lo dio.
En Gén 19:1-38,
nos describe, como los Ángeles de Dios, salvan a Lot,
por recordar Yahweh a
Abrán. Lot, recibe a los forasteros, como era la costumbre hebrea de
aquella época. Quien fungía de anfitrión, brindaba toda clase de atenciones a
las visitas; hoy, en los tiempos que vivimos, serían consideradas prácticas inmoderadas
Gén 19:8.
Recuerden, este pasaje tiene más de cuatro mil años; no obstante, es importante
su conocimiento, el lector poseerá noción cabal de la historia del pueblo
escogido. Y más aún, la enseñanza diametral de amar a Dios, sobre todo, en este
caso, indirectamente a Yahweh Dios, a través de Sus ángeles. San Pedro lo registra
2Pedro 2:7,8 Por otra parte, libró al justo Lot, (…)
Lot y sus hijas
Origen de los moabitas y amonitas.
Los invito a disponer
un corazón abierto, Romanos 2:5, y mente receptiva, Romanos 12:2.
Gén 19:30 Pero Lot subió de
Zoar, y se asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva
él y sus dos hijas.
Gén 19:31 Entonces la mayor
dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras
conforme a la costumbre de toda la tierra.
Gén 19:32 Ven, demos a beber
vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestra padre generación.
Gén 19:36 Y concibieron las dos
hijas de Lot, de su padre.
Gén 19:37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de
los moabitas hasta hoy.
Gén 19:38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre
de los amonitas hasta hoy.
Llegamos a uno de los parajes bíblicos de
mayor dificultad, dentro de la interpretación teológica. En especial, si nos
preguntamos: ¿en qué podría ayudar a nuestro crecimiento espiritual?
Cuando alcanzamos este punto en el tiempo
de la historia, ya la mujer de Lot, se había convertido en estatua de sal. Y
Lot dejó el pueblo de Zoar y se fue a una cueva con sus hijas, por temor a ser
extinguidos por las llamas que consumieron Sodoma y Gomorra. Vemos, en las citas
bíblicas, claramente, dos desobediencias evidentes a Dios. Y eso de que,
quienes pidieron que las cumplieran, fueron Ángeles enviados del Cielo (en lenguaje
actual: “en vivo y en directo”). Lot y su familia, fueron testigos del accionar
Divino de ellos, mientras se hospedaron en su casa. Aun así, desobedecieron. No
cumplieron. Voltea a ver atrás la mujer y, no pernoctaron en el pueblo Zoar.
Podrían salir muchas interrogaciones de
este paraje bíblico. Pero solo haremos dos.
Uno: ¿Dios preordinó que así
sucediera?
El blog cree que sí; esta es la verdadera
exegesis. Dios revela con esta historia Su misericordia. Los moabitas, pese a
ser pueblo proscrito y negado de por vida a entrar al Templo (Deuteronomio
23:3-6), justamente de él emergen una gran mujer, que sería la bisabuela del Rey David: Rut. Y por tal razón, pasa a ser integrante
del árbol genealógico de nuestro Señor Jesucristo. Pero donde está la bondad de
Dios. En el perdón del pecado a Rut, por ser descendiente de los moabitas, y
por el cambio sustancial, de mujer pagana a creyente de Yahweh; leamos este fantástico versículo, Rut 1:16 Pero
Rut respondió: —No me ruegues que te deje y que me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú vayas, yo iré; y dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu
pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Se lo decía a Noemí, suegra
de ella y mujer hebrea: y de la casa ascendencia de San José, padre adoptivo
del Señor Jesús. Entonces la explicación es fácil. Nuestro Dios Trino sabe que
todos los humanos somos pecadores, ¿y quería demostrar?, pese a que no lo necesita, que, a los
humanos pecadores, Él, por su eterna magnanimidad, nos perdona. Y revela,
asimismo, a cada uno de nosotros, Sus hijos, el amor hacia quienes creó.
Dos: Las hijas de Lot, ¿estaban mal informadas?, pues, supuestamente creían que solo los tres, eran sobrevientes en la faz de la tierra. Dada la etnia, y las costumbre y cultura de la época, creyeron que no tendrían descendencia, de ahí sus decisiones. Esta descripción es parte de la trama histórica. La continuidad de los hechos demuestra que es un pasaje bíblico verídico, debemos confiar por fe en la infalibilidad bíblica. Los humanos tenemos la tendencia a la maldad, pero también somos buenos: ¡No lo olviden! Dios bendiga a cada uno de ustedes. Hasta la próxima publicación.
Comentarios
Publicar un comentario