Dios llama a Abrán. Génesis, capítulos 11:24-32;12: 1-9

 

Dios llama a Abrán. Génesis, capítulos 11: 24-32; 12: 1-9

Mapa 1: Viaje de Abraham, de Ur, hasta Egipto.

En la biblia todo es importante, hoy escogeremos solo tres acontecimientos en la historia del Génesis, capítulo 11:10-32, capítulo 12 y 13, relacionadas con el Patriarca Abrán.

1. Fe

2. Obediencia

3. Pecado

Obviamente, tocaremos la benevolencia de Dios, sin la cual hubiera sido imposible que sucedieran estos hechos. Los detalles de relatos describiremos valiéndonos del gran regalo que Yahweh El Shaddai nos otorgó: el libre albedrío, y no tanto en la preordinación. Las dos acciones teologales están vinculadas, por Su soberana decisión, por lo cual, algunas veces, se torna difícil de interpretar el mensaje de Dios, quedando este como arcano, y así será, hasta que Yahweh decida revelarlo. Pero antes:      

Los años trascurridos desde Adán a Abrán, pasando por Noé, son indeterminados. Sin embargo, a partir de Abrán, la biblia señala en detalle, tiempos transcurridos y lugares geográficos, épocas y espacios donde sobrevino la historia del Patriarca. Por ejemplo, desde Abrán a José, hijo de Jacob, transcurren 350 años.

Hoy escogimos tres acontecimientos de los capítulos 11:10-32, 12 y 13, del Génesis, relacionadas con el amigo de Dios, Abrán. 

¿Por qué escogió Yahweh a Abrán?

Fue escogido por Dios del remate que siempre mantuvo en la tierra, los fieles a Elohim Adonay; recordemos que, desde Adán, Dios fue podando la ascendencia de Su Hijo, el Señor Jesucristo. Así tenemos, de Adán, nace Set, del cual emerge la rama de Enoch, con su hijo Matusalén, que a su vez engendró a Lamek, el cual sería el padre de Noé, y este a su vez a Sem, Cam y Jafet, patriarcas antes del diluvio, excepto Cam y Jafet. Hay más nombres en la genealogía, pero Dios, ilumina al hagiógrafo Moisés, para que describa y se encamine hacia el linaje de José, padre adoptivo de Jesús.

Ancestros de Abrán 

Gén 11:24 Era Najor de veintinueve años cuando engendró a Téraj.

Gén 11:26 Era Téraj de setenta años cuando engendró a Abrán, a Najor y a Harán.

Gén 11:27 Téraj engendró a Abrán, a Najor y a Harán. Harán engendró a Lot.

Los destacados de la progenie de Noé, florecerán por medio de su hijo Sem, la misma que nos llevará hasta Abrán, estas son: Arpaksad, después Peleg, a quien Yahweh utilizaría para dividir la tierra. Luego vendría el bisabuelo de Abrán, Serug, de él nacerá Nahor, y de este Téraj, padre de Abrán. Los descendientes de Abrán son: el primero, Ismael, lo tuvo con la esclava Agar, del cual descienden los árabes. Su segundo hijo, Isaac, lo tuvo con Sara, su esposa, del cual desciende el pueblo judío. Isaac, engendra a Israel o Jacob, y de este germinan, las doce tribus de Israel. Hasta aquí una visión rápida y seleccionada (fines didácticos) de la familia de Abraham, tanto su ascendencia como su descendencia.

Periplo de Abrán 

La ciudad de Ur, se encuentra localizada al sur de la región de Mesopotamia, cerca del Golfo Pérsico, Mar Arábico. Pueden identificarlas en el mapa N.º 1. La ciudad de Harán, está situada al norte de esta región, cercana a la orilla oriental del río Éufrates y próxima a la frontera actual entre Siria y Turquía. Abrán, su esposa Sara y su sobrino Lot, viajan desde Harán, hacia la tierra prometida, Canám, la cual, sabemos, está ubicada en las presentes Israel y Palestina. Pernoctaron temporalmente en Siquem y Betel. Desde ahí viajan a Egipto, volviendo, luego del percance con el farón, a Canám, a la encina (alcornocal) de Mambré, que está en las inmediaciones de Hebrón, al sur de Jerusalén, paraje en el cual se estable por muchos años. Datos añadidos, Ur se encontraba en la orilla occidental del Río Éufrates, a unos 240 kilómetros al noroeste del Golfo Persa (sur de Mesopotamia). Otras referencias: Harán estaba en el Río Balikh, afluente del Río Éufrates, situada a unos 1000 kilómetros, al noroeste de Ur. De Harán a Canaán son 650 kilómetros. Por lo cual, de Ur a Canaán serían cerca de 2000 km.

 

Mapa N° 2. Periplo de Abrahán

Por qué Yahweh llama a Abrán

En Génesis 11:31, según se entiende el verso, es Téraj, padre de Abrán, quien toma la iniciativa de emigrar, y sale de Ur de los caldeos rumbo a Harán, lleva consigo a Abrán, a Saray mujer de Abrán y Lot, su nieto, hijo de Harán. Los cuatro dejaron su tierra natal y salen rumbo al norte. No era raro, pues ellos eran beduinos, es decir, nómadas el desierto. Insistimos, Génesis 11:31, no describe a Dios, ordenando a Abrahán salir de UR, a la tierra prometida. No obstante, es Téraj padre de Abrán, quien sale de Ur y los lleva al norte, a la ciudad de Harán (Harán, también es nombre propio, Harán es hijo de Téraj, y padre de Lot y falleció en Ur) dejando tras de sí al resto de la familia y su tierra. Por qué Génesis 11:31 no denota a Dios revelándose a Abrahán ordenando salga de Ur, hacia Canám. Creemos que los designios de Dios son misteriosos. Sin embargo, en Hecho de los Apóstoles 7:2, el primer mártir cristiano Esteban, si revela que Yahweh ordena a Abram salir de su tierra y dejar a la parentela. Vale recalcar que no es inconsistencias bíblicas, porque la biblia es inerrante.

La reflexión, tanto del Génesis 11:31 y Hechos 7:1-4, será de estos dos versículos; debido a que, por su importancia, diferentes denominaciones ofrecen disímiles interpretaciones. Unas iglesias afirman que hubo desobediencia de Abram, otras desobediencias, pero a medias, y otros ninguna desobediencia. Es menester señalar que la biblia sí detalla la revelación de Dios a Abrán y lo hace en Génesis 12:1 Yahvé dijo a Abrán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. Sin embargo, Génesis recoge el hecho en Harán, no en Ur. Y, Esteban sostiene en Hechos 7:2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán. Y continua en Hechos 7:3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. Con estos dos versos de Hechos, queda claro que Dios ordena en Ur, a Abrahán, no en Harán, abandone su tierra y su parentela. Y Abrán lo hace sin titubear, obedece por y con fe absoluta, sincera y verdadera, sin saber que encontraría en la tierra prometida. Hebreos 11:1 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve ... 

La ilustración, e interpretación de los versos, debe ser abordada desde la perceptiva étnica y cultural, es decir valorando el —patriarcado—, importante en aquella época y en la región habitada por estos pueblos. En estas zonas y en muchas otras era el padre quien llevaba las riendas de su familia original y extendida, él decidía sobre negocios, matrimonios, herencia, en todo; disposiciones a la cual la familia, agregados, vecinos y otros pueblos, se ceñían, respetando de este modo el patriarcado de cada familia involucrada. Es decir, en casos de fiestas o conflictos el trato era patriarca con patriarca. Abrán tolerante de tales tradiciones, deja que su padre, Téraj, tome la determinación e iniciativa de salir de ciudad de Ur de los caldeos, rumbo a Harán, donde se establecieron. Yahweh Abba, después de la muerte de Téraj, vuele a ordenar a Abrán, parta a la tierra de Canaán. Muchas iglesias aquí señalan, en esta historia, la desobediencia absoluta de Abrán, al contravenir a Dios al llevar a su padre y sobrino con él.

Otras denominaciones señalan una desobediencia a medias, por la misma razón. Por qué a media, porque sí obedeció la orden de abandonar su tierra, pero no la parentela, en este caso al padre Téraj y al sobrino Lot.

Nosotros concluimos que no hubo desobediencia, ni total ni a medias. La exegesis es: Abrán se circunscribió a la tradición de aquella época. Cabe destacar también que el pueblo de donde procedía Abrán, era un pueblo ignorante y nómada; entonces, tal determinación se explica, pero no se justifica, claro está. Lo destacado es que Abrán era afectuoso hacia la familia. Del mismo modo, es evidente, Abrán estaba en pleno proceso de educación espiritual y material por parte de Dios. Yahweh, por su omnisciencia, sabía que Abrán sería un hombre de fe hasta su muerte, comportamiento de calidad paradigmática, reconocida actualmente, por los creyentes. Muchos dirán, la ignorancia no lo exime de culpa, y es cierto, pero esta afirmación es correcta dentro de las leyes del hombre; no dentro de la misericordia de Dios.

Si Abrán desobedeció no fue por mala fe, como hemos venido analizando con los ancestros. Y, si lo llevó a cabo, lo hizo por ignorancia, una ignorancia no de nuestra época, sino, la ignorancia de un hombre en proceso de formación espiritual de la cual salió airoso, tanto que se convierte en ejemplo universal de fe. Sustentamos la defensa cimentada en lo siguiente. Primero, a Abrán describe la biblia, como el amigo de Dios, y todos sabemos que ser amigo, implica cultivar la amistad, y mucho trabajo más será tratar de ser buen cristiano y ganarnos la amistad de Yahweh. Segundo, Elohim Adonay, lo defendió del "enredo" que expresó al faraón, respecto a Sara, aquí otra vez recibe bendiciones de parte de su creador, y pudo salir del traspié, gallardo, por la gracia de Dios. Yahweh ama al pecador, pero odia al pecado.

Y luego en el transcurso de su existencia lo bendijo de muchas formas. Y, ya siendo Abrahán, no Abrán, demostró a Yahweh Adonay, que la lección la había aprendido, como podemos ver en la historia bíblica, cuanto Abrahán entrega a su hijo Isaac en holocausto a Yahweh. Entonces, Abrán no pecó de desobediencia. No lo santificamos, ni lo justificamos, como se dice coloquialmente, si no explicamos, mediante la ubicación correcta en el tiempo, casi cuatro mil años atrás, y nos valemos de la etnia y cultura de esa época, la región geográfica, y sobre todo del humano, del hombre en pleno proceso de formación espiritual, quien tenía como maestro al mismísimo Yahweh Dios. Él fue el pedagogo de Abraham, si fue Dios su preceptor, el alumno debía ser destacado, arquetipo de fe, como lo fue y es Abraham. Dios mediante, estas historias continuarán en próximas publicaciones.

Exegesis caracterizada

De Harán, sale hacia Canám: Abrán, su esposa Saray y el sobrino de este, Lot. —Llegaron a Canaán—. Señala Gén 12:5b, sin más referencia o incidentes ocurridos en su migración.

Gén 12:1 Yahvé dijo a Abrán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré.

Gén 12:2 De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.

Gén 12:3 Bendeciré a quienes te bendigan

y maldeciré a quienes te maldigan.

Por ti se bendecirán

todos los linajes de la tierra.»

El versículo uno del capítulo 12 señala que Yahweh, se presenta a Abrán en la ciudad de Harán, y dispone que migre hacia la tierra prometida, Canám. Lo interesante y decidor es lo referido en los dos versos siguientes, donde describe, Moisés, a detalle lo que Dios otorga a Abrán y por extensión a toda (linaje de la tierra) la raza humana, incluidos los actuales seres humanos y los que vendrán, hasta el fin de los tiempos. Y emite una sentencia, —serán malditos—, quienes maldijeren a Abrán, en consecuencia, cuidará de la personas creyentes, de quienes no crean en el único Dios verdadero, Yahweh.

Tres —religiones— monoteístas veneran al padre Abrahán, el cristianismo, el islamismo y el judaísmo. Por lo cual nos convierte en la mayor cantidad de personas en el mundo que reconocen a Abrahán como el padre de la fe y amigo de Dios. Cristianismo 2300 millones, 1700 millones islamismo, y 15 millones judaísmo, un poco más de 4000 millones de seres humanos creyentes, frente a 8081596 millones de población mundial; diríamos que somos el 50% de creyentes frente a la población total, gozando de protección Divina; sin embargo, no damos el justo valor a las bendiciones de Dios. 

Abrán llega a Canaán y llega desde el norte a Siquem, donde Yahweh, recalca que aquella tierra es de él, y será de su descendencia. Abrán, en agradecimiento, construye un altar en honor a Dios. Continúa su viaje hacia el sur, llegando al oriente de Betel, y construye otro altar para —invocar— el nombre de Yahweh. Pero en aquella época A Dios se lo conocía como: Dios, el único y verdadero. Porque a quien Dios revelo su magnificencia como nombre propio: Yo Soy el que Soy, Yahweh, fue a Moisés, pero eso ocurrirá cuatro cientos años después. Por tal razón, Abrán y todos los fieles al único Dios verdadero, lo conocían como: Dios. 

Conclusión de esta reflexión. Abrán, comienza su educación espiritual; y su guía será, y es, el mismísimo Dios, YAHWEH. Su fe inherente lo lleva a cumplir fielmente las ordenes de Dios, convirtiéndolo en el arquetipo de fe. Abrán es tolerante y bondadoso con su familia, a la cual protege. Y, humilde con su creador, tanto que en cada lugar que pernoctaba, construía un altar para su Dios. Son dones, virtudes y cualidades que debemos copiar o imitar del padre Abrán.

La próxima reflexión será del resto de los capítulo 12 y 13. Bendiciones hermanos. 

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