Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. Ecl. 1:2


Vanidad

Eclesiastés 1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. RV60

Eclesiastés 1:2b Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Todos los libros de la Sagrada biblia son inspirados por Dios, razón por la cual, el verdadero y único autor es Dios. Siendo así, es Palabra de Dios revelada a Sus criaturas. El escritor humano de este libro sapiencial: el rey Salomón, el hombre más sabio que ha existido. Y lo fue por gracia de Dios, ha pedido del rey.  

2 Crónica 1:7-13 (…) 10 Por favor, dame sabiduría y conocimiento para presentarme delante de este pueblo. A decir verdad, ¿quién podrá gobernar a Tu pueblo? ¡Es tan grande!» (…) 12 recibirás sabiduría y conocimiento, (…)

Filosofía y psicología estudian la vanidad, inclusive las exegesis teológicas del libro Eclesiastés, la describen como: sentimiento, pasión, conducto a, apariencia o aspecto de naturaleza humana; los comentarios teológicos la considera pecado, debido a que, si nos aleja de Dios, seremos presa fácil del pecado. A consecuencia de lo descrito, observan y señalan al ser que la posee, no como enfermo, tal cual se conoce la enfermedad mental, sino como una especie de “exceso” individual, producto y consecuencia del conjunto de fundamentos que la sociedad instituyen y fuerza al individuo a cusumir vanidad; entonces, en el sentido estricto de la palabra vanidad, será un “exceso” en fondo y forma y en la conducta del ser humano. Sin embargo, es más que un exceso.

Eclesiastés 1:2b, indica: …, todo es vanidad.   

Que significa la palabra –todo—. Diccionario de, ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA:

13. pron. indef. n. todas las cosas. Todo le gusta. (… todo es vanidad…)

No sé ustedes, pero para nosotros, la acepción es aplicable (como pronombre determinativo) al contexto de Eclesiastés 1:2…vanidad de vanidades, todo es vanidad. O diríamos mejor, la vanidad sujeta al total de los humanos. Revisemos el significado de total:

Del lat. mediev. totalis, y este der. Del lat. totus 'todo entero'.

1. adj. General, universal y que lo comprende todo en su especie.

2. m. Resultado de una suma u otras operaciones.

3. adv. En suma, en resumen, en conclusión. Total, que lo más prudente será quedarse en casa.

Es decir, lo general, universal (1), resultado de una suma de los ítems (2) y “en conclusión” (3) del vocablo: —todo—. La vanidad sujeta al total de las personas.

Para el blog, desde esta perspectiva, la vanidad es y será consustancial a —todo el género humano—, sin embargo, no como un don o un atributo o un exceso, sino como un pegote espiritual que impide “darnos cuenta o tener conciencia” de la influencia negativa sobre la conducta resultante del pensamiento incidido por la vanidad. Repito, influye en todos los seres humanos. Las actitudes o actos o conductas o comportamiento del hombre, son producto, en mayor o menor medida, de la vanidad, incluida la humildad, muchos dirán, tal afirmación es un desatino o una paradoja o una contradicción en sí mismo. No obstante, si quien obra humildad sin ser practicante sincero de ninguna religión o en al caso de los agnósticos o ateos, sus biógrafos lo considerarán insinceramente humilde, ¿por qué? porque estos tendrán humildad postiza, por consecuencia de la vanidad; el pensador france, Rocheffoucauld, los resume así: —La humildad es la peor forma de vanidad—. Desde esta óptica, no existe normalidad sin vanidad, ni anormalidad con vanidad, estamos hablando de los nocreyentes. En términos teológicos debemos insitir en que todos adquirimos vanidad, después de la caída del hombre, es “nuestra inmanente materia prima” de lo que pensamos, y fruto de ello del como actuamos; en consecuencia, razonamiento y acción son secuelas de la vanidad. Revisemos, ligeramente, que dice la filosofía, psicología y teología, antes de exponer la postura teológica del blog.

Filosofía

Para varios pensadores, la vanidad es un “sentimiento apasionado” dirigido a —su sí mismo— que, se exterioriza en engreimiento a su yo, arrogancia y petulancia hacia terceros; en algunos casos es manifestación exagerada de soberbia. Sobresale en él, como individuo, la inhabilidad de poder amar a quienes de forma permanente o temporal lo rodean; quizás puedan amar “algo” de los congéneres, sin embargo, no más allá de lo que él se ama. Cabe recalcar que tener muy buena autoestima no es vanidad, la vanidad está muchos escalones hacia arriba o hacia abajo según el color del cristal con que se mire. Para el vanidoso o la vanidosa, la envidia que generan es directamente proporcional a su vanidad (vanidad=triunfos verdaderos o falsos), por lo cual, convierten a la envidia es su —envidiámetro—. La vanidad para ellos, es —ímpetu de relación—, esa actitud demuestra el modo de cómo se correlaciona con los demás, y la justa valía que le otorguen o se la hayan establecido. Y claro está, sopesará cómo sus interlocutores lo valoran y “ven”. Sin embargo, debemos ser enfáticos afirmando que la vanidad, quien la tiene, es revelación fidedigna de su vacío interior. Quizás sí posee cualidades, sino que, en él o ella, precede la imagen exterior y el deseo de ser reconocido más que su sí mismo, que puede ser significativo. El vanidoso no dan validez a su verdadero “yo interno”, sino al —yo postizo exterior—.

Añado una reflexión de Adam Smith: «El hombre vanidoso —asegura, —no es sincero, y en el fondo de su corazón está raras veces convencido de la superioridad que ambiciona que usted le atribuya [...] Es culpable de vanidad quien desea la alabanza por algo que sin duda lo merece, pero que él sabe perfectamente que no posee».

https://filco.es/vanidad/#:~:text=La%20vanidad%2C%20aunque%20est%C3%A1%20asociada,c%C3%B3mo%20esos%20otros%20nos%20constituyen.

Psicología

Los rasgos de las personas vanidosas suelen ir muy relacionados con el narcisismo y la megalomanía. En este sentido son categóricos, pero al mismo tiempo la “blanquean” o tratan de quitarle peso, sutilmente, quitarle importancia al incluirla dentro de las necesidades esenciales de la teoría de Maslow. La sociedad, una parte de ella, brinda pleitesía a quien la posee, incluso periodistas relatan en sus columnas verdaderas apologías a la petulancia y vanagloria. No obstante, otros advierten que, las redes sociales sirven y las utilizan para creer versiones idealizadas del sí mismo, por lo tanto falsas. Vale aclarar que, no todos los internautas son vanidosos, pero si todos los vanidosos son internautas. En conclusión, la psicología es ambigua respecto a la vanidad y casi como resumen afirman que la vanidad es un espejismo que nos distrae, pero no es la verdad del —sí mismo—. Es la jactancia en su máxima expresión. No obstante, mentalmente sanos.

https://psicologosenlinea.net/9060-vanidad.html

Teología

En lo sustancial, la vanidad es la tentación más aprovechada por el diablo, porque es el factor desencadenante de la caída del hombre. Pero también es catapulta hacia los bienes materiales, que son temporales, en vez de lo eterno, lo de Dios. En algunos casos, por ejemplo, la vanidad los "endiosa", trasformando a sus seguidores en idólatras de símismo o de biene materiales.

Isaías 59:4 No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad…”

Definición. El significado bíblico de vanidad hace referencia a un aspecto de la naturaleza humana que se enfoca en aquello que es poco trascendente, poco profundo en la vida; como la fugacidad del gozo y no buscar la alegría en Dios, en cambio trata de satisfacerse con cosas más terrenales como la riqueza, fama, etc. ..., para darle algún sentido a su existencia, —generalmente fatua. https://www.significadobiblico.com/vanidad.htm

San Pablo la definió claramente en Gálatas 6:3 Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.

Revisemos varias traducciones de vanidad del, español, hebreo y latín.

Eclesiastés 1:2. Del hebreo al inglés.

Vanidad - Diccionario Español

(Del lat. vanitas, -atis).

1. f. Cualidad de vano (1). Pura apariencia, fraude, presunción de que posee algo cuando el interior está vacío. El vocablo se deriva del adjetivo vanus (vano, hueco, vacío)

2. f. Arrogancia, presunción, envanecimiento.

3. f. Caducidad de las cosas de este mundo.

4. f. Palabra inútil o vana e insustancial.

5. f. Vana representación, ilusión o ficción de la fantasía. ajar la ~ de alguien.

1. fr. coloq. Abatir su engreimiento y soberbia.

Diccionario Strong. Hebreo, הֶבֶל jébel o áven.

a. de una raíz que no se usa que tal vez significa propiamente jadear (de aquí, afanarse, usualmente en vano; reducirse a nada); estrictamente la nada. O (rara vez en abstractamente) הֲבֵל jabél; de H1891; vaciedad o vanidad; figurativamente algo transitorio e insatisfactorio; a menudo usado como adverbio: aliento, ídolo, vanamente, vanidad, vano.

b. Vanidad de vanidades. La expresión hebrea significa vana ilusión, y tiene el valor de un superlativo. Cf. (comparar) expresiones semejantes como Dios de los dioses y Señor de señores (Deu_10:17), o el Cantar de los cantares, es decir, el más hermoso de los cantos (véase Introducción a Cantares; cf. Cnt_1:1).

Diccionario Vine AT

Hebel (äÆáÆì, H1892), «hálito, aliento, suspiro; vanidad; ídolo». Primero, el vocablo significa que el «aliento» humano es pasajero: «Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre; déjame pues, porque mis días son vanidad [lit: «solo un suspiro»]» (Job_7:16). Segundo, hebel significa algo sin sentido ni propósito: «Vanidad de vanidades, dijo el Predicador… todo es vanidad» Ecl_1:2. Versos para graficar pensamiento y referencia cruzada: Santiago 4:14 ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora. También: Salmo 103:14-16; Isaìas 40:6-8.

Latín:

Vanitas vanitatum, dixit Ecclesiastes; vanitas vanitatum, omnia vanitas. Vanitatum: Significado en español: Vanidad de vanidades dice el predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. La palabra vanidad viene del latín vanitas, vanitatis, y este significa cualidad de lo vano, pura apariencia, fraude, presunción de que se posee algo cuando el interior está vacío. El vocablo se deriva del adjetivo Vanus: vano, hueco, vacío.

Sin embargo, la vanidad no solo es exclusiva del hombre, también la padece toda la creación. La caída del hombre arrastra a la creación, por culpa del pecado del hombre toda la creación carga con el peso de la vanidad: Romanos 8:20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino porque así lo dispuso Dios, pero todavía tiene esperanza. El apóstol Pablo nos recuerda que la creación entera fue sujetada a vanidad, de igual forma nos alienta a tener fe y esperanza. Dios será misericordioso.

Exegesis privativa

Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7

Cohelet=Eclesiastés=Predicador. El blog desarrolla su postura teológica filosófica respaldada en el reiterado: vanidad de vanidades, todo es vanidad, del v.1:2b de Esclesiastes, con particular atención y énfasis en el —todo y vanidad—. El rey Salomón expone en el resto del libro que la vida es breve, fugaz, vana, hueca e insustancial. Sin significado. Aparentemente no existe “algo” en el mundo que nos ofrezca un proceso existencial de vida meritorio, que nos lleve hacia una meta excelsa. No obstante, en el mismo libro sapiencial da la solución a este vacío de vida, frívolo e insignificante. 

Los propósitos, en Eclesiastés.

1.- La vanidad como origen de —todos— los pecados.

2.- La vacuidad de la vida, para quienes antepone vanidad, a lo eterno de Dios.

3.- La intervención Divina, neutraliza, impide, sujeta y resuelve los influjos de la vanidad.

La reflexión, sólo enfocará el primer punto: la vanidad como origen de todos los pecados. Dicho esto, entonces, justifica el rápido preámbulo de lingüística, teología, psicología y filosofía. La exegesis privativa de este blog fija el —todo y vanidad—, a manera de fuente de ideas o hipótesis del cómo la vanidad influye en las decisiones cotidianas de cada segundo de nuestra peregrina vida.

Génesis 3:6 La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.  

Pero, ¿por qué Satanás, influyó sobre Eva y no sobre Adán? Este será otro tópico a revisar.

Hoy nos interesa: “vanidad de vanidades, todo es vanidad” …. El verso Génesis 3:6, es el más universal, determinante, triste y trágico para todo el género humano; es así mismo la raíz y fruto del sufrimiento. A partir de la decisión de Eva, todo cambió, a partir de la determinación de Adán, todo cambió. El todo y la vanidad, se convierten a partir de aquel fatídico momento en absolutamente —todo— lo que somos y nos rodea. Cada una de las decisiones de la progenie de Adán y Eva, o sea el género humano, incluida toda la creación, sufrimos las consecuencias de la vanidad de los primeros padres. No solo los vanidosos…, no, —todos—, absolutamente todos.

Por lo tanto, a partir del último enunciado, debemos hacer una dicotomía de vanidad a modo de concienciar (darnos cuenta de…) específicamente que “es vanidad”; ¿por qué?, porque no solo es fuente de exceso en la autopercepción, sino, es la raíz del comportamiento humano, constructo psicológico, que nos hace “creer” que podemos engañar a nuestro Creador, incluso sentir que podemos alcanzar la sabiduría Divina de Dios; este razonamiento es otro medio de entender la persuasión de la vanidad que ejerce en la mente, y por ende en la conducta de todo ser humano. 

Génesis 3:5 Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y del mal. (Afirma el diablo”).

En este verso el diablo, simbolizado por la serpiente, “aparentemente” engaña a Eva. Pero lo que en realidad hace es despertar en ella o mejor dicho valerse de la vanidad intrínseca en la mujer (pero no solo en ella, sino de todos, hombres y mujeres) para lograr el objetivo de la desobediencia que Satanás buscaba como enemigo de Dios. Sabiduría 2:24 pero la muerte entró en el mundo por envidia del diablo, y la experimentan sus secuaces. Sin embargo, a pesar de ser cierto que el diablo es enemigo de Dios, también debemos afirmar que, la vanidad es consustancial al ser humano, por lo tanto, —decidora— de las acciones del hombre. El diablo despierta la vanidad en los cinco sentidos de Eva, diciendo: … y serán como Dios, conocedores del bien y del mal… Y la mujer respondió acorde a su naturaleza de libertad, (libre alvedrío) recuerden que Dios nos ha regalado libertad, sólo que, debemos disfrutarla utilizándola con rectitud, no para para hacer el mal producto de la carne, que fue lo que ocurrido en Eva. Mal usó el libre albedrío y sintió el aguijón de la carne pecaminosa en su espíritu alma luego de ser influenciada por la vanidad en tres puntos exactos, comer (quizás gula), vanidad de belleza material y vanidad desmedida por sabiduría: Gén 3:6a (…) La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduríaEl resultado todos los sabemos y lo sufrimos. La vanidad es herencia para toda la humanidad, en todo sentido, tanto interno del —ser estar— y en el externo, el entorno en el cual vivimos. Tomemos el ejemplo más simple y aparentemente menos importante. El momento de decidir el transporte que nos llevará al hogar. Zanjamos en X o Y opción, en base a lo que somos aquel preciso instante. Piénsalo detenidamente, repasa el por qué escogiste X en vez de Y, y te darás cuenta el porqué decidiste lo que decidiste. Se sincero. No solo fue necesidad, no solo fue producto del dinero que disponías, no solo fue el clima, no solo fue la compañía, fue la vanidad de ir en X o Y transporte. Llegas a casa y te preguntan: ¿en qué viniste?,vine en X, porque estoy cansado de venir en Y”. Aquella decisión es producto de la vanidad, pero si hubiera sido la opción Y, igual sería fruto de la vanidad. No podemos huir de la vanidad. Eclesiastés lo deja muy claro. Si analizamos nuestras decisiones más importantes de vidas, será muy fácil identificar de donde salió tal o cual determinación; haz una introspección sincera, un “inside” profundo sin engaños, y te darás cuenta que, a mayor escala cuantitativa y cualitativa de decisión, tú podrás identificar y percibir, más y más diáfana la vanidad en las decisiones de tu cotidianidad. Reflexionemos actitudes de parejas el momento de una discusión trascendente o no. Sucede también en actitudes de índole laboral; en todo. La vanidad del ego estará presente en cada frase de la controversia, mientras más vanidad más egocentrismo, aquello dará como resultado menos oportunidades de solución al origen o causa del desacuerdo. Y así por el estilo, ni que decir cuando escoges un atuendo, un par de zapatos, un coche, etc., el punto es que, la vanidad te lleva al pecado, te aleja de Dios. Lucir una bonita vestimenta no es pecado, pero si te llevará a la ostentación, sí lo es. El libro de Eclesiastés explica y advierte sobre la vanidad, y así mismo da las soluciones para no dejarnos influenciar por ella. Por favor, date un tiempo, y léelo con detenimiento, previa oración al Espíritu Santo.   

Exhortación divina

Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas, sino solo el pan de cada día. Proverbios 30:8 *** OREN

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Filipenses 2:3 *** PRACTIQUEN

Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, sino del mundo. 1Juan 2:16 

*** ADVERTENCIA:

Está en nosotros, seguir las enseñanzas de Dios y perseverar en Él.  

Eclesiastés 12:13 El fin de todo el sermón oído es: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre. JBS

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