Impulso de Maldad. Prolegómeno I
Prolegómeno
I
¿En qué órgano de
nuestro cuerpo está la mente?, ¡qué pregunta! La biblia nos habla del corazón
como receptáculo de la mente 1.
Lucas 6:45, y de un corazón no
endurecido dispuesto a recibir a Dios, y un corazón endurecido equivalente a
existir lejos de Dios. Describe así mismo que la sabiduría, el discernimiento,
inteligencia, está en el corazón, y si queremos o buscamos que el juicio metal
se exteriorice en acciones corpóreas, previamente debemos generar el proceso
de: pienso, reflexiono, entiendo, discierno y/o imagino. La Sagrada Biblia señala
el lugar exacto de la residencia de tales maravillas creadas por Dios: el
corazón: 2. Jeremías
17:9-10/ Proverbios
4:23/ 1
Pedro 3:3-4
La ciencia afirma que
la mente está en el cerebro, órgano localizado dentro de la bóveda craneana.
Con intrincadas conexiones neuronales que permite al humano pensar, generar
ideas, reflexionar y poseer imaginación. Redes neuronales investigadas por
método científico riguroso durante décadas. Con el advenimiento de la
tecnología, P. ej., la tomografía por emisión de positrones captó el consumo de
glucosa de una persona mientras realizaba ejercicios matemáticos, para muchos
esa fue la primera “fotografía del pensamiento”, sin embargo, la gráfica lo que
captó fue el consumo de glucosa el momento de comenzar a pensar, no el
pensamiento en sí mismo.
Los científicos
dedicados a la neurociencia y nosotros los creyentes debemos llegar a un
término medio de concepción de mente, corazón y cerebro, mas, es una quimera,
sin embargo, estoy convencido de que la ciencia nos aproxima a Dios, no sucede lo
contrario. Es pertinente y justifica, dado el tema, señalar que el corazón
escapa al control cerebral, es decir, su función no es controlada por la masa
encefálica, es autónomo; hay una máxima en sabiduría popular que reza: “el
corazón tiene razones que la razón no comprende”, apotegma que invita
a pensar que, “algo” debe de poseer, intrínsecamente, de —cerebro— el corazón,
y más al tratarse de un órgano o —reino— independiente.
La biblia describe explícitas
referencias al respecto, por ejemplo: Yahweh Dios impartiendo instrucciones al
profeta Samuel en el Antiguo Testamento, el rey David en varios salmos, el rey
Salomón en los libros sapienciales y el Señor Jesús en los Evangelios. Los versos
aseveran de modo diáfano que disponemos de varios elementos para adorar a
Elohim, y que intervienen en procurar adaptar el comportamiento correcto o no de las
personas en el mundo, entre ellos: el corazón.
Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi
espíritu. Salmo 51:10 —El Rey David—
Pero
el Señor Yahweh le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni
por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias,
pero yo me fijo en el corazón—. 1 Samuel 16:7 —Dios
Padre—
“Ama
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y
con toda tu mente” —le respondió El Señor Jesús—. Mateo
22:37
En
el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. Proverbios
27:19. —el rey Salomón—
Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:8 —El Señor Jesús—
La biología humana desempeña un papel preponderante en el gradiente espiritual del hombre; a partir de esta línea, entiéndase como gradiente la cantidad espiritual que otorgada Yahweh por intermedio de un —gen—. Creado por Él, dispensado en el tiempo por la evolución en cada uno de los seres humanos y encargado del estado espiritual del hombre; mismo que servirá para socializar con sus congéneres o enfrentar a la naturaleza o su entorno familiar, social y laboral 3.Sabiduría 1:4. Este hallazgo neurocientífico es prácticamente reciente (la ciencia no reconoce a Dios como su creador). Son los genes quienes permiten exteriorizar lo que somos y como actuamos. Consiente qué percibamos objetivamente el interior inmaterial que hace funcionar el cuerpo biológico: el —gradiente espiritual—; este determina el estado espíritu-alma de las personas 4.Sabiduría 1:6. Décadas atrás ya la ciencia conocía la existencia de neurotrasmisores en el sistema nervioso central o cerebro, estas sustancias neurobioquímicas son los encargados de llevar, traer y acumular dentro de las neuronas cerebrales diferentes moléculas bioquímicas facultadas a realizar diversas tareas importantísimas para el buen funcionamiento cerebral, son las llamadas: —aminas—. Gracias a estos progresos en la neuropsiquiatría se llegó a comprobar que la función de los neurotrasmisores está determinada, como todo en biología, por la genética.
Los avances científicos mediante el estudio y conocimiento del
comportamiento humano han permitido analizar y entender los mecanismos no
tangibles de la conducta: ánimo, tristeza, alegría, relajación, ansiedad y
predisposición a trascender el yo, sea dirigido a una divinidad o, a un éxtasis
espiritual producto de su prolija imaginación; disponemos de este saber gracias
a la neuropsicología y neuropsiquiatría. 6. Salmo
1:1-3
Pululan otras variables
que influyen, directa o indirectamente, en el —impulso de maldad—. Las abordaremos en la siguiente publicación.
¿Hay esperanzas al tratar de —diluir—
la maldad?
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